
Conciliar, emprender y otros verbos
¡Ay amiguis!, pero qué difícil nos lo ponen… Yo, personalmente y sinceramente, he llegado aquí porque me han traído las circunstancias de la vida. De verdad. Yo no soñaba con ser copy freelance y escribir este post mientras escucho los cencerros de las ovejas (algo que está ocurriendo en este momento de verdad).
Realmente era feliz (creo) con mi trabajo. Había cosas que quería cambiar como, por ejemplo, seguir trabajando para mi agencia pero en remoto. Qué bonito suena y qué lejos está este modelo de trabajo.
Más tarde, decido emprender, pensando que viviría momentos idílicos como ver a mis hijas jugar juntas, tranquilamente, mientras yo trabajo en mi ordenador. ¡Ja! Eso queda muy lejos de la realidad. ¿Os acordáis de la peli “Este niño es un diablo”? Pues mi salón está así cada tarde.
Y, por todo esto, hoy quiero hablaros de los pros y los contras que me he encontrado en este tiempo que llevo cotizado y sin muchos ceros en mi cuenta corriente. Allá voy.
LA PARIDAD NO EXISTE, SON LOS PADRES
Como dicen en la peli de Blade Runer “Yo… he visto cosas que vosotros no creeríais (…)”. Es que además de publicista y copy, también trabajé muchos años mientras estudiaba en un videoclub. Y qué feliz era, oye. Mi mayor preocupación era sacar todas las pelis del buzón de devolución y colocarlas en las estanterías. Y encima, veía pelis gratis. Pero este trabajo se extinguió cual dinosaurio.
Entonces me tuve que centrar en mi carrera. Y empecé a trabajar en una agencia. Allí he estado muchos años. He visto pasar a mucha gente. Y he podido sacar mis propias conclusiones que son las siguientes:
– Mujer. Sin cargas familiares. No tiene más vida que su trabajo. Tener el cojín de la silla caliente es su prioridad por encima de llevar a cabo correctamente su trabajo. Llegará muy lejos en la empresa.
– Mujer. Decide tener hijos. Encima, decide reducirse la jornada y hace lo mismo que hacía en 8 horas. También le reducen, además del sueldo, sus responsabilidades dentro de la empresa. Le dicen cosas como, “tú has elegido tu vida personal a tu vida profesional”.
– Hombre. Con hijos o sin hijos. Promociona sin problema.
Toma pastillas de goma.
Esto, ocurre. Lo he visto yo con estos ojitos alérgicos y operados de miopía.
Por supuesto, elegir tener hijos es una opción igual de válida que no tenerlos. Por eso, existe la opción de reducirse la jornada por cuidado de un menor. Por tener hijos no dejas de ser menos válida, solo decides quitar horas de trabajo (y tu sueldo, no lo olvidemos) para poder criarlos.
En la empresa éramos 80 personas. Solo un hombre tenía la reducción de jornada por cuidado de un menor. Ni una sola de las mujeres con más responsabilidad de la empresa, tenían hijos.
Hablo de lo que yo he visto, pero puede ser perfectamente cualquier otra empresa. Por desgracia y por lo que me han contado, así es.
EMPRENDER: INFINITIVO DE LA SEGUNDA CONJUGACIÓN
Como muchos ya sabéis, yo decidí emprender mi propio negocio como copywriter para poder cuidar de mi hija pequeña que nació un poco pocha. Es la única opción que vi viable para poder alternar trabajo con un sinfín de citas médicas. Y después de que me dijeran que trabajar en remoto no era una opción, porque cada uno tiene sus miserias en casa.
Pero coño, qué difícil es esto. Más de lo que me pude imaginar. Incertidumbre es la palabra que va detrás de emprendimiento.
Pero también sé que elegí MI CAMINO, así, con mayúsculas porque aquí es donde quiero estar. Aquí soy yo y escribo como quiero hacerlo. Y mis triunfos, son solo míos.
Algunos meses han sido muy duros, haces todo lo posible por conseguir clientes, pero no llegan. Y, de repente, un día empiezan a llegar por diferentes lados y encima, te dicen lo bien que lo haces.
Cuando la lías, eres tú quien tiene que solucionarlo. Y aprendes de tus propios errores, ¡vaya si aprendes!
Cuando te felicitan por tu trabajo, pasas de medir, 1,56m en mi caso, a sentirte como el mismísimo Gasol. Creces por todos los lados sin chocolate de por medio.
Los problemas son grandes, pero las alegrías los son más.
También te das cuenta que realmente esto no es nada más que esfuerzo, trabajo y tesón. Cuando estás abajo, la única opción es intentar volver arriba. No rendirte es la única manera de conseguir lo que quieres.
CONCILIAR O MORIR EN EL INTENTO
Y aquí llega otro momentazo: trabajar desde casa. Cuando empiezas, piensas que vas a ser la persona más organizada del mundo. Pero ni de lejos, señores. Al final intentes sacar tus 6 horas de jornada mientras haces la comida, vas al Mercadona, llevas a tus hijas a diferentes colegios, coges cita en el médico y se te presenta tu amiga en casa para que le tiñas la raíz.
-Vente a tomarte un café, mujer, que ahora puedes-, me dicen mientras contesto un mail y miro de reojo que no se me peguen las lentejas. Hasta dos veces he salido de casa con una zapatilla diferente y me he dado cuenta cuando he vuelto y me las he quitado.
Ahora, mi mejor opción es madrugar mucho, que es cuando soy más productiva, y sacar el trabajo adelante antes de tener que hacer 20 cosas a la vez. Pero el que te carguen de cosas por trabajar desde casa… no cambia.
También tiene su parte buena, por supuesto. No tengo que ir a Madrid cada día de mi vida e invertir medio sueldo en trasporte y medio día en trabajar. Puedo criar a mis hijas, alguna vez entre gritos, pero las veo crecer. Si me apetece irme a trabajar a una cafetería, pues me voy. Y cuando me reparto bien el trabajo, hasta me dejo alguna mañana libre para simplemente pasear o dibujar. Ole yo.
Si no me quiero hacer rica con esto, yo con pagar las facturas y comprarme un trapito en la web de Amancio de vez en cuando, me vale.
Al final, todos mis logros van a ser gracias a mi esfuerzo y eso, compensa, mires por donde lo mires.
Y hasta aquí mi reflexión de hoy, que nada te cuento de copy, pero te he escrito un montón.
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¡Hola Noe!
Es que parece que vivimos en el país más remoto del mundo… La mentalidad de la sociedad no cambia. Muchas veces, cuando me preguntan que cuál es mi trabajo y digo que trabajo desde casa; me responden que si soy ama de casa y no trabajo. Yo respondo que ser ama de casa ya es un trabajo y, que además de eso, soy copywriter. Y muy cansada pero feliz, por cierto.
Un abrazo muy grande, compi.