6 cosas que te harán reflexionar sobre el contenido de tu web

¡Tachán! Aquí te traigo lo mejor de lo mejor. Lo que tienes que saber sobre el contenido de tu web si aún no lo sabes. Esas cositas en las que tienes que pensar si quieres que tus clientes vayan a ti y no a otro.

El copywriting es mucho más que el propio contenido. Por detrás, hay una labor de investigación que muchas veces, por no decir siempre, se tarda más que en escribir el texto en sí.

Pero no te voy a enseñar a ser un copywriter. Seguro que tú eres muy bueno en tu sector y, además,  me quitas el trabajo (broma). Te voy a mostrar las cosas más básicas que tienes que tener en cuenta para que el contenido de tu web funcione. Sin fórmulas ni gaitas. Pero con mucho sentido común.

Las personas no compramos productos, compramos beneficios.

“¡Pero qué me dices! Si yo me he comprado el Roomba, y eso es un producto.”
No querido/a, tú te has comprado un robot aspirador que te limpia solito la casa mientras haces plácidamente lo que te da la gana. Beneficios: no limpiar, más tiempo libre.

¿Ahora lo entiendes? No digas cómo es tu producto, cuenta lo que el cliente ganará si lo compra. Grábatelo en la frente: BENEFICIOS.

Dirígete a esa persona que sabes que te puede comprar.

Te lo voy a explicar con un ejemplo muy sencillo que se puede llevar a cualquier producto o servicio:
Si vendes pañales, te dirigirás a padres con niños en edades entre los 0-3 años. Pero además, les tienes que decir por qué tus pañales son mejores que los de la competencia.

¿Cómo? Atacando su punto de dolor.

No, no hace falta agredir a nadie. Mira, solo hace falta investigar lo que unos padres buscan en unos pañales y que tu producto cumple: que no se salga el pipí o lo que es peor, el popó; que sean finos, que sean económicos y si tienen dibujitos como las chiquilín, pues mejor.
Ahora ya sabes a quién te tienes que dirigir y qué punto de dolor  tienes que atacar para que digan “quiero esos pañales”.
No pienses en tu producto, piensa en tu cliente.

Diferénciate del resto y adelántales por la derecha con tu propuesta de valor.

Habrás escuchado el tema propuesta de valor unas… ¿1000 veces?
Pero te lo voy a contar así como muy de andar por casa. Todos hacemos algo muy bien. Sí, TODOS.

¿Mi propuesta de valor sabes cuál es?
Que escribo genial. Y he decidido formarme y encaminar mi futuro profesional en este aspecto. – ¿Pero si hay 200 como tú?- te estarás diciendo. Puede que los haya, claro. Pero mi propuesta de valor es única porque además de escribir genial, soy copywriter creativa y, además, soy rápida como el Llanero solitario. Y, además, puedo llevar el copywriting a cualquier tipo de soporte.

¿Sigues conociendo a 200 así?
Con esto, piensa en ti y en tu propuesta de valor. Eso que te hace único.

Tu branding verbal es igual de importante que el visual.

Puede que branding te suene a copas de champán chocándose y gente alrededor. Y no estás muy desencaminado.

El branding es una fiesta, señores.

El branding es esa cosita que hace que la gente te recuerde. Algo muy importante para crear una marca. Pero no, no es solo un logo. Es una forma de ser. Es un diseño, sí; pero también es una forma de expresarlo. Realmente eres tú. Esa imagen visual pero también verbal que trasmites a tus clientes.

Por eso, cuídalo. Mucho.

¿Eres especial? ¡Pues especialízate, hombre!

Lola tiene una tienda de bolsos. Bolsos de todos los tamaños, colores y materiales. Una gran tienda pensarás…
Y si te digo que María también tiene una tienda de bolsos. Pero solo de bolsos artesanos hechos de paja. María está mucho más especializada que Lola en su negocio vendiendo las dos un producto similar. La gente que quiera un bolso de paja artesano, sabe al 100% que María lo va a tener y va a ir directamente a comprarle a ella. Tiene un público totalmente segmentado y una competencia mucho menor que Lola.

¿Qué negocio crees que tiene más posibilidades de triunfar?
Aplícate el cuento.

Déjate conocer.

Empatía es eso que mueve el mundo. Ahora que la gente ya sabe que vendes un producto o servicio, por qué no te acercas a ellos y dejas que te conozcan. Háblales de cómo eres jugando al ajedrez, o si odias la paella de tu suegra. Seguro que hay clientes que les pasa lo mismo que a ti y se sienten identificados contigo.

¿Otra manera de vender?
 Sí, por supuesto.

Y hasta aquí mi post. Si necesitáis que os ayude en algún punto, ya sabéis, pasaros por mi contacto.